Resistir es inútil
March 12, 2015Proxies Leyes & Negocios y La Eurocámara Invitan
March 19, 2015En casi todos los países persisten los grandes tópicos de las empresas familiares y tal vez seguirán persistiendo. Conseguirá el hijo seguir los pasos del padre? A quien elegiremos como sucesor? Qué rol tendrá cada familiar? Que pasa cuando ningún de los herederos tiene las competencias y ‘skills’ necesarios para dar liderar el negocio? De hecho, la idea de que el abuelo funda la empresa, los hijos la consolidan y los nietos la hunden (o la venden), está presente en múltiples de dichos populares, desde Portugal a Japón. Hay uno de México que a mi particularmente me gusta: “abuelo arriero, padre caballero, nieto pordiosero”.
Probablemente, no le digan gran cosa los apellidos Lee, Walton o Chung; en cambio, si le sonaran las marcas Samsung, Wal-Mart Hunday. Las tres son referencia en sus sectores, de un tamaño y volumen de negocios enorme, fundadas por esos tres señores. Pero hay muchas otras, la cerveza Heineken, la automovilística Fiat, la Henkel o la SC Johnson, empresas centenarias que han perdurado en el tiempo a pesar de muchos retos y obstáculos, incluyendo cambios en la demanda, legislación, tecnología, el nuevo mundo digital, sin olvidar crisis mundiales y guerras. Todas ellas tienen los mismos denominadores común, son empresas familiares, súper rentables y que siguen en manos de los descendientes de sus fundadores.
Existen muy buenos ejemplos que podemos estudiar, no solo de firmas de gran dimensión, también de media magnitud que son ejemplo claros de un buen protocolo familiar, estrategia corporativa y estrategia competitiva, basadas en fuertes valores familiares. Estas compañías son claves para el éxito de la economía de un país, suelen tener las ideas bastante claras de lo que quieren lograr, tienen una permanente cercanía con sus empleados, son conocidas por su enorme generosidad y, en muchos casos, su humildad. Son claramente los grandes empleadores de un país y en sectores de actividad como la alimentación, la construcción, inmobiliario y comercio.
En República Dominicana tenemos muchos ejemplos de éxito que pueden analizarse por escuelas de negocios y universidades. Para simplificar, propongo estudiar 3 dimensiones:
-Longevidad de las empresas dominicanas, sean o no familiares.
-La “razón de ser”, su misión y que queremos que sea para la siguiente generación (visión).
-Que valores constituyen los sólidos cimientos sobre los que la empresa se asentara.
No podemos dejar morir estos conocimientos, su sabiduría y sus valores. Tenemos la responsabilidad de transferir este legado a la sociedad, a los futuros emprendedores y empresarios de República Dominicana, enseñándolo en nuestras escuelas de negocio.
El método del caso “Harvard” es una excelente herramienta para lograrlo.
Publicado en www.elmercantil.com.do