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March 29, 2017La importancia de preservar la empresa familiar
July 28, 2017Hace pocos días, sentado frente al CEO de una reputada empresa de nuestro país, me apenó escucharle hablar sobre la digitalización en su empresa y comprobar que no comprendía la transformación integral que vivimos. Es más, acabé dándome cuenta de que hay una gran mayoría de nosotros a la que no interesa la nueva y poderosa irrupción digital. Aunque comprendemos relativamente bien el cambio lineal -a pesar de los imprevisibles cisnes negros-, la verdad es que no estamos preparados para el cambio exponencial. Su virulencia es tal que no podemos captar su dimensión, ni mucho menos las implicaciones. Por eso siempre hablo a mis clientes de Evolución, ya que es más fácil de implementar, porque si le llamo Revolución, la gente se cierra en banda.
Tendremos que reinventar las normas, readaptar las formas de gobierno, modificar los modelos de enseñanza, de trabajo y hasta nuestra forma de vida. Nadie imaginaba que llegaríamos a tener naciones virtuales más pobladas que la propia China, como es el caso de Facebook. Que la empresa WhatsApp sin apenas activos y creada por un equipo mínimo de personas ha sido capaz de destrozar un mercado como el de los SMS en menos de cuatro años. No es que nadie lo viera venir, es que era inimaginable. Las empresas Uber, Airbnb o Tesla están cambiando sectores complejos, convirtiéndolos en plataformas que permiten aprovechar activos infrautilizados y ponerlos a disposición de quien los necesita. Vean también lo que está pasando en Europa con la economía compartida.
Todos los expertos coincidimos en que los próximos cinco años evolucionaremos más que en los últimos 25, algo que afectará a las raíces de lo que hacemos y de cómo lo hacemos. Este cambio revolucionará algunas industrias a tal velocidad que los que estén solo en el presente no tendrán tiempo de reaccionar. Si usted tiene la fortuna de estar en una industria de más difícil digitalización, actúe ya, porque tampoco tendrá mucho tiempo. Si usted es el CEO, póngase al frente, ésa es su misión. No hay otra, porque la supervivencia misma de la empresa está en juego y su destino también.